En el aspecto biológico de la vida se involucran una serie de fenómenos en las células, órganos y sistemas que afectan al proceso de actividad bioquímica y funcional del organismo en su globalidad.
Este proceso está evidentemente acompañado por modificaciones visibles e invisibles de la condición biológica del organismo. Hoy se hace referencia a la entidad de los fenómenos biológicos-oxidativos, a la eficiencia de las membranas biológicas y al patrimonio antioxidante.
En los últimos años, la literatura nutricional ha recogido abundantes desórdenes alimenticios que involucran a la sociedad occidental en un proceso acelerado de oxidación, envejecimiento y con las enfermedades relacionadas, como cáncer, diabetes, arteriosclerosis, patologías oculares (retinopatía, degeneración macular senil, cataratas), cutáneas, cerebrales, o neurovegetativas.
Los radicales libres son micropartículas con cargas iónicas no neutralizadas, se producen de forma normal en nuestro organismo porque son imprescindibles para muchas reacciones químicas pero una generación excesiva de los mismos produce la destrucción celular y con ello la lesión de tejidos y órganos. Debido a que tienen electrones de situación inestable, van buscando en el organismo otras moléculas con las que estabilizarse tomando electrones de las mismas. Esto es lo que puede conducir al daño de proteínas, grasas, carbohidratos, ADN y ARN, alterando su estructura y su función.
Se conoce como fenómeno de estrés oxidativo aquel que acelera este proceso. Las causas de aparición de estrés oxidativo pueden ser debidas a enfermedades crónicas como el cáncer, la artritis, la diabetes o el propio envejecimiento endógeno. Pero también hay causas exógenas capaces de generar un potente estrés oxidativo, entre ellas la exposición a la radiación ultravioleta, la presencia de toxinas, el tabaquismo, las infecciones, la ingesta de antibióticos o la quimioterapia.
Los radicales libres se generan básicamente a partir del oxígeno en varias de sus formas moleculares:
- Oxígeno simple O2
- Radical hidroxilo OH
- Peróxido de hidrógeno H2O2
- Radical hidroperóxido HO2
- Anión superóxido O-2
La mejor estrategia para mejorar esta situación es favorecer la absorción óptima de antioxidantes como parte de la prevención, sobre todo con alimentos naturales.
Los antioxidantes son sustancias que reaccionan fácilmente con los radicales libres y los neutralizan, impidiendo así el daño a las células. Son un grupo de vitaminas, colorantes naturales, minerales y enzimas que se encuentran en los vegetales, lo que explica que sea tan beneficioso incluir frutas, legumbres, cereales integrales, hortalizas y verduras en nuestra dieta diaria.
Fruta y vegetales apropiados con contenido expreso en vitamina C, B, caroteno, licopeno, flavonoides o fenilo, pueden constituir una adecuada defensa natural antioxidativa. Junto a ello, la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados (ácidos omega 3) de reconocida eficacia en los procesos de optimización funcional de órganos como el cerebro, la piel, pelo o retina. Junto a ellos es importante la ayuda de algunos oligoelementos.
Tipos de Antioxidantes
- Antioxidantes de membrana(actúan porque son solubles en grasas y las membranas celulares están hechas básicamente de grasa).
- Vitamina E (maíz, avellanas, cacahuetes, germen de trigo y aceite de oliva).
- Vitamina A y beta-carotenos (verduras de color verde y de color anaranjado como zanahorias o espinacas. Además, otras frutas como cerezas o melón y productos como el aceite de soja o el bonito fresco).
- Antioxidantes móviles(son solubles en agua y por tanto puede estar en todas partes, incluido el nivel intracelular).
- Vitamina C (kiwi, guayaba, pimiento rojo, fresa, cítricos y crucíferas como coliflor o brócoli).
- Coenzima Q 10 (vísceras animales, caballa, espinacas, soja, cacahuetes).
- Otros antioxidantes
- AA sulfurado: L-cisteína (legumbres y coles).
- Oligoelementos (elementos poco abundantes en la corteza terrestre).
- Zinc (cereales, ostras y frutos secos).
- Selenio (huevos, setas y cereales).
- Cobre (hígado, riñón, mollejas, carnes, legumbres y frutos secos).
- Protectores
- Flavonoides: pigmentos naturales con abundantes radicales fenólicos que ligan radicales libres. (verduras de hoja verde, frutas rojas, moradas y cítricos).
- Isoflabonas: previenen la oxidación de los LDL(Soja).
- Licopenoides: pigmento carotenoides con alto poder neutralizador de radicales libres (tomate).
- Vitamina B6 (leche, levadura de cerveza, vegetales)
Algunos de los alimentos más adecuados son:
- Los aguacates (una rica fuente de vitamina E).
- Las bayas: moras, fresas, frambuesas o arándanos, que tienen un alto contenido en betacarotenos.
- El brécol (rico en betacarotenos y vitamina C, así como oligoelementos antioxidantes como zinc y selenio).
- El repollo y todas las coles en general (muy ricos en vitamina C).
- Las zanahorias (ricas en betacarotenos).
- Los cítricos (vitamina C).
- Las uvas (que contienen hasta veinte antioxidantes, a destacar el resveratrol).
- Las cebollas (sobre todo las moradas , muy ricas en flavonoides)..
- Las espinacas (ricas en pro-vitamina A, C y E, potente antioxidante)
- Los tomates (ricos en licopenos).