lunes, 8 de octubre de 2012

DEGENERACION MACULAR Y DIETA. ESTEPONA



La terapia nutricional ocular, hoy día, en la práctica oftalmológica

Con cerca de 2,25 millones de personas afectadas por la DMAE, y ese número se espera que casi se duplique para el año 2020, los oculistas comenzaremos a ver un número creciente de pacientes que solicitarán las intervenciones clínico-quirúrgicas que pueden reducir su riesgo de pérdida de la visión  por la degeneracion macular

Numerosos trabajos se centran en apoyar el uso de la terapia nutricional para reducir el riesgo de desarrollo de esta degeneración macular .




El contenido de estos suplementos se basan en las ponencias presentadas en OSN Hawai Eye 2012. Los temas incluyen una revisión de los trabajos AREDS, AREDS2 , y cómo los resultados de estos dos estudios pueden ayudar a los médicos a educar a sus pacientes sobre la manera de manejar sus factores de riesgo y modificar sus estilos de vida para reducir el riesgo para el desarrollo de la degeneración macular.

Los pacientes acuden a sus oftalmólogos para la orientación en el mantenimiento de la salud ocular y el asesoramiento sobre las acciones específicas que pueden tomar para preservar su visión a lo largo de su vida. La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la principal causa de ceguera en los EE.UU. y en Europa, y los oftalmólogos pueden y deben educar a los pacientes sobre los factores de riesgo modificables y los cambios de estilo de vida que pueden hacer para reducir su riesgo de desarrollar y/o estabilizar la DMAE.


Los estudios hechos hasta hoy han proporcionado una visión de cómo los factores genéticos contribuyen a la DMAE. Por ejemplo, el factor H del complemento y el locus COL del gen confiere un riesgo significativo para el desarrollo de DMAE. Por otro lado, los datos epidemiológicos sugieren que la alta ingesta de nutrientes como el beta-caroteno, acido alfa lipoico, luteína, zeaxantina, acidos grasos omega-3, ginkgo, y zinc puede modificar la DMAE y disminuir la progresión de la enfermedad, incluso si el paciente tiene una predisposición genética.

El ensayo clínico AREDS, mostró que los antioxidante a altas dosis y el zinc (también conocida como la fórmula de AREDS) pueden modificar significativamente los resultados evolutivos de la DMAE, en pacientes con alto riesgo para la enfermedad, con una reducción del 25 % del riesgo en la progresión de la enfermedad y una reducción del riesgo del 20% en la pérdida de visión. Esto se traduce en aproximadamente 300.000 pacientes que experimentaron una reducción en la progresión de la enfermedad o la pérdida de la visión; todo ello en un período de 5 años con la suplementación de AREDS con antioxidantes.

El conocimiento de los nutrientes esenciales para apoyar la salud ocular es baja entre las personas con mayor riesgo de tener DMAE o en aquellas con potencial progresión de la enfermedad. La Sociedad de Nutrición Ocular Americana ha realizado un estudio cuantitativo basado en la generación del “baby boom” para estimar el conocimiento de los pacientes sobre las vitaminas para la vista y salud ocular. Los investigadores realizaron encuestas mediante la marcación de dígitos al azar para completar más de 1.000 entrevistas a hombres y mujeres de 45 a 65. Cuando se le preguntó cuál de los cinco sentidos es más importante, la visión encabezó la lista, y un 78% de los pacientes indicó que la visión es el más importante de los cinco sentidos. Cuando se les preguntó que sería lo que más temían, el 55% de los pacientes dijo que la pérdida de visión, junto con las enfermedades del corazón y el cáncer.




La encuesta también reveló que aunque los pacientes valoran con prioridad la visión y les da miedo la pérdida de ésta, sólo aproximadamente la mitad de los pacientes en la situación demográfica del baby boom visitan a un oculista. Menos de la mitad  tienen un examen anual de la vista, y sólo la mitad de ellos ponen medios preventivos para proteger su visión. La mayoría de los encuestados fueron conscientes de cuales son los factores de riesgo modificables para la DMAE. Tres de cada cinco personas encuestadas dijeron que no tenían conocimiento de que el tabaquismo aumenta el riesgo de pérdida de la visión.

Cuando se le preguntó si tomaban vitaminas específicas que no fuese un multivitamínico general, el 65% reportó que tomaban suplementos para la salud ósea y articular. Por el contrario, sólo aproximadamente el 18% de las personas reportaron haber tomado un suplemento específico para la salud ocular.
En la encuesta de Boomer, tres de cada cinco encuestados informaron que no tomaban un suplemento ocular, ya que estaban seguros de que reciben los nutrientes suficientes en su dieta. Sin embargo, los estudios muestran que las personas no consumen regularmente alimentos a los niveles indicados para promover esta prevención y/o estabilización de la DMAE.

Además, el 89% de los que respondieron en la encuesta de Boomer no eran conscientes de que la zeaxantina es un nutriente clave para la salud ocular, el 66% no eran conscientes de la función protectora de la luteína en la salud macular y el 60% no sabían que los acidos grasos  omega-3 también juegan un papel en la salud macular.

Los oftalmólogos debemos educar a los pacientes sobre los factores de riesgo conocidos para la DMAE. Como con muchas enfermedades, la DMAE tiene factores de riesgo modificables y no modificables. Muchos factores de riesgo modificables de la DMAE son los mismos que los de la enfermedad cardiovascular, y los oftalmólogos deben aconsejar a los pacientes, dejar de fumar, hacer ejercicio, control de peso, control de la presión arterial, exámenes oculares anuales, la reducción de la exposición a la luz y la adecuada nutrición. La nutrición adecuada es esencial para apoyar la salud ocular y la suplementación de la dieta puede ser una manera conveniente para reducir las deficiencias nutricionales.

Para los pacientes con DMAE precoz, los oftalmólogos solemos recomendar cambios de estilo de vida, tales como mantener una dieta equilibrada, rica en nutrientes del tipo fruta y verduras, e intentar revisiones anuales. Para los pacientes con las categorías 3 y 4 de DMAE, una formulación tipo AREDS ó similar y/o mejorada, sigue siendo algo básico. Los oftalmólogos debemos preguntar a nuestros pacientes si están tomando vitaminas específicas, y en caso afirmativo, confirmar que es del tipo y dosis correctos.

Los oftalmólogos podemos dirigir y orientar a los pacientes en la dirección correcta para educarlos sobre los nutrientes que deben incluirse en su dieta. La lista de nutrientes para los ojos son la vitamina C y E, beta-caroteno y zinc. Acidos grasos omega-3 en forma de DHA y EPA, la luteína y la zeaxantina también parecen ser los nutrientes esenciales para la salud macular. Y otros antioxidantes más potentes como el acido lipoico, resveratrol y ginkgo biloba, como protectores de la apoptosis celular tanto de las células ganglionares como del epitelio pigmentario de la retina.

 

Os pongo algunos ejemplos:

1.-  Un hombre blanco de 50 años de edad se presenta con antecedentes familiares de DMAE. Él fuma, tiene hipertensión arterial y tiene un estilo de vida relativamente saludable. Después de observar la mácula, parece que la retina es normal, no hay drusas, y la mácula es normal.
Este caso representa a los pacientes "preocupados" que tiene una mácula normal, algunos factores de riesgo, y entra en la consulta pidiendo sugerencias sobre formas de proteger su visión. En este caso, habría que revisar los factores de riesgo modificables y los cambios de estilo de vida que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar DMAE. También habría que subrayar la ingesta de nutrientes saludables, y se podría hablar de una suplementación como una forma de superar las deficiencias en la dieta.

2.- Una mujer de 73 años de edad se presenta con drusas intermedias, y están a menos de 125 micras. Está en la frontera de los pacientes en categoría DMAE 2 ó 3. Ella es una persona no fumadora con presión arterial normal .
Para este paciente, aunque no cumple los criterios formales del AREDS, le recomendaría un suplemento AREDS, meses alternos.

3.- Un hombre de 67 años de edad, que tiene una dieta bien balanceada, presenta grandes drusas bilaterales confluentes. Él es un paciente típico con DMAE. Este paciente se ajusta a la categoría 3 de DMAE.
Yo le recomendaría una vitamina diaria tipo AREDS, y control mediante OCT.

Los oftalmólogos podemos educar a nuestros pacientes sobre cómo proteger su salud y preservar su visión.




Como han demostrado las encuestas, los pacientes dan más valor a su vista que a cualquier otro sentido, pero adolecen de un mal enfoque en la salud ocular y a la frecuencia anual de sus revisiones. Sólo el 18% toma un suplemento nutricional para la salud ocular, cuando ya ha empezado el daño. Los profesionales oftalmólogos deben sensibilizar sobre los factores de riesgo para la DMAE, y animar y concienciar a los pacientes a volver a evaluar la ingesta de nutrientes sanos para proteger su visión, y añadir los suplementos con antioxidantes para intentar detener la progresión de la enfermedad.



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