Muchos recomiendan tomar suplementos
de omega 3 para complementar la dieta y "ayudar a cuidar el corazón". En
concreto, el respaldo lo recibe una marca concreta, la única que, según la
publicidad, "está reconocida" por el organismo que depende de la
Sociedad Española de Cardiología.
El mensaje que trasciende es que
estas pastillas son una buena opción para cualquiera que quiera prevenir las
enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el argumento no coincide con lo que
dice la evidencia científica.
Distintos especialistas señalan que no está demostrado que los
suplementos de omega 3 sirvan para mantener alejados los problemas de corazón,
sobre todo entre la población general.
"Si quieres prevención con omega 3, toma pescado. Hay muchos estudios que demuestran
que tomar tres raciones a la semana, principalmente de pescado azul -caballa,
atún, arenques, sardinas- reduce el riesgo de cardiopatía isquémica. Pero el
suplemento desvinculado de la matriz es otra cosa. Los estudios que se han
hecho sobre sus beneficios muestran resultados dispares", apunta Miguel
Ángel Martínez, director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud
Pública de la Universidad de Navarra y uno de los principales investigadores de
nuestro país sobre dieta mediterránea y enfermedad cardiovascular.
"No está validado el empleo de estos suplementos en
personas sanas ni se ha demostrado comparativamente que sea igual tomar pescado
que tomar esos omega 3 en suplementos", coincide Francisco Pérez Jiménez,
Jefe de Servicio de Medicina Interna y Director de la Unidad de Lípidos del
Hospital Reina Sofía de Córdoba que ha llevado a cabo distintos estudios sobre
el papel de los omega 3 para la salud.
Según explica, hasta la fecha los ensayos realizados en personas
sanas han arrojado tanto resultados positivos como negativos, por lo que antes
de sacar una conclusión definitiva al respecto es necesario continuar con la
investigación.
El último trabajo sobre el tema se publica precisamente esta
semana en la revista JAMA Internal Medicine y sus resultados -limitados a
ancianos- no apoyan la utilidad de los suplementos de omega 3 para reducir el
riesgo cardiovascular.
En enfermos cardiópatas, su utilidad está más afianzada, si bien
algunos artículos, como el metaanálisis que publicó la revista 'New England
Journal of Medicine' en 2012, también han puesto en entredicho sus beneficios.
Carlos Macaya, jefe del servicio de Cardiología del Hospital
Clínico Universitario de Madrid señala que no prescribe este tipo de
suplementos entre sus pacientes, sino que aconseja "seguir una dieta
adecuada, que incluya productos ricos en omega 3, como el pescado o las
nueces".
Para Aitor Sánchez,
dietista-nutricionista del Departamento de Nutrición y Bromatología de la
Universidad de Granada y miembro de la iniciativa Dietética sin Patrocinadores,
"que un organismo que dice velar por la salud pública recomiende este tipo
de productos a la población general, por delante del ejercicio físico y una
adecuada alimentación, desviando la atención del origen del problema es, cuando
menos, una irresponsabilidad".
"El anuncio dice que el propósito de la FEC es fomentar los
hábitos cardiosaludables, pero se contradicen a sí mismos y lo que recomiendan es un parche para
el problema. Resulta confuso para la población, porque puede interpretarse que
puedes tomarte una píldora y así no hacer cambios en tu dieta".
En letra pequeña sobreescrita sobre el margen inferior del
anuncio, la FEC recuerda que "los complementos alimenticios no son
sustitutivos de una dieta equilibrada y variada y de un estilo de vida
saludable", si bien cuesta leer este mensaje a simple vista.
Además, otro mensaje de las mismas características señala que
"la ingesta diaria de 250 mg de EPA/DHA [ácidos grasos omega 3 de cadena
larga que precisamente contiene el producto recomendado] contribuye al normal
funcionamiento del corazón". Esta declaración es la clave de
la publicidad.
Después de años de confusión y abusos, la Agencia Europea de
Seguridad Alimentaria (EFSA en sus siglas en inglés) decidió hace pocos años
regular las declaraciones de salud que realizaba la industria alimentaria y
prohibir cualquier mención que no contara con el suficiente respaldo científico.
La revisión, tal y como explica Andreu Palou, catedrático de
Biología Molecular y Nutrición de la Universidad de las Islas Baleares,
investigador del CIBERobn y uno de los expertos participantes en el proceso,
autorizó, entre otras medidas, que los productos que contuvieran 250 mg de los
citados ácidos grasos en su composición podrían incluir en su etiqueta la
alegación de que "contribuyen al normal funcionamiento del corazón
(también puede hacerse la misma referencia con el cerebro o la visión)".
Sin embargo, la elección de las palabras no es baladí. "Si
no se dice que el producto previene las enfermedades cardiovasculares es porque no hay evidencia suficiente para hacerlo",
subraya Palou, quien recuerda que el reglamento de la EFSA recoge alegaciones
de tipo genérico y otras que tienen que ver con la reducción del riesgo de
enfermedad.
"El mensaje es ambiguo, y si a eso le unes una puesta en
escena adecuada, lo que le llega al espectador es que es necesario tomar esos
suplementos, cuando la realidad es que esto no es cierto y puede suponer un
importante gasto", señala un catedrático de Nutrición que prefiere no dar
su nombre y quien considera especialmente grave que una entidad científica
apoye de esta manera una determinada marca comercial "cuyas propiedades no son
distintas a las de otras presentaciones".
Cada bote de este producto -denominado Megared- cuesta unos 20
euros en la farmacia y contiene 20 unidades, por lo que sería necesario comprar
más de uno al mes para cumplir con la recomendación de tomar una cápsula
diaria.
José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, nos dice que es una
iniciativa de la marca comercial con quien mantienen un acuerdo comercial, «se
podría haber hecho de otra manera» ya que el mensaje que trasciende «se puede
prestar a equívocos». Sin embargo, no cree que, a la postre, el anuncio resulte
engañoso. «Se han publicado muchos estudios sesgados sobre el tema», ha
afirmado. «Hay evidencias de que son beneficiosos y mucha experiencia que muestra
que daño no hacen».
Por su parte, Leandro Plaza, presidente de la citada entidad, ha
anunciado que "la FEC ya se ha puesto en contacto con la empresa
anunciante para matizar el mensaje".
El objetivo de la asociación, señala el cardiólogo, es
"promover los hábitos cardiosaludables" y, en este caso,
"debería haberse hecho distinción entre la información científica y la
información comercial".
"Que no piense nadie que le va a curar la enfermedad.
Porque la enfermedad cardiovascular no se cura. La única manera de combatirla
es la prevención".
Y casi lo mismo se puede decir de los
suplementos para retina u ojo seco. Cosas distintas son ser útiles y necesarias,
y que sean complementos, y con evidencia científica muy superficial. El agua, clara; y el vino, tinto.