Dexametasona
de liberación lenta en la Vitreorretinopatía Proliferativa
Los
informes sobre el uso de esteroides en el manejo de la vitreorretinopatía
proliferativa (RVP) son inconsistentes.
El
advenimiento de un implante de liberación sostenida que puede liberar
dexametasona durante 3-4 meses en la cavidad vítrea ha renovado interés en
estudiar el papel de los esteroides para PVR.
Banerjee
y sus colegas informan sobre un estudio del implante de dexametasona en PVR.
Ciento cuarenta pacientes con PVR de grado C y desprendimiento de retina fueron
asignados al azar 1: 1 para recibir o no recibir (grupo de control) el implante
durante la vitrectomía. El resultado primario fue la proporción de pacientes
que tuvieron una retina con reanudación con eliminación de aceite de silicona,
sin intervención quirúrgica vítreo-retiniana adicional a los 6 meses.
En
el grupo de intervención, se colocó un implante de dexametasona en el momento
de la vitrectomía con aceite, y el segundo implante se colocó en el momento de
la eliminación del aceite. El grupo de implantes y el grupo de control se
equilibraron con respecto a las características basales (por ejemplo, cirugía
previa, extensión del desprendimiento de retina). Las técnicas operativas
utilizaron tasas similares de retinectomía y descamación de membrana.
Los
resultados mostraron que ambos grupos tuvieron un resultado primario similar
(49,3% vs 46,3% de reinserción, intervención vs control). De los resultados
secundarios estudiados (p. Ej., Cirugía de cataratas, edema macular, espesor
retiniano, hipotonía, proliferación recurrente de membrana), los que recibieron
el implante tuvieron menos edema macular que los controles (42,7 frente a
67,2%). A pesar de observar una diferencia en las tasas de edema macular
postoperatorio, los autores no observaron ninguna diferencia en la agudeza
visual a los 6 meses.
Este
ensayo clínico aleatorizado es muy importante porque estudió el efecto de la
administración prolongada de dexametasona en la RVP. Los esteroides se han
utilizado en varias formas para PVR (por ejemplo, intravitreal triamcinolone,
subtenon triamcinolone, intravitreal dexamethasone infusiones durante
vitrectomía, prednisona sistémica). Fue diseñado para tener una potencia del
85% para detectar, al nivel del 5%, una mejora del 50% en el éxito del régimen
de implantación de dexametasona (es decir, reducir el fracaso del 49% al 24%).
Si el ensayo hubiera cumplido su criterio de valoración primario, esta
reducción en la tasa de fracaso habría sido de magnitud suficiente y
significado clínico para cambiar la práctica clínica. Es posible que haya una
diferencia menor entre los dos grupos, que no fue estadísticamente
significativa. Mientras tanto, la búsqueda continúa para un complemento
farmacológico para prevenir la recurrencia de PVR.
Es
una pequeña lastima; habrá que esperar.
OFTALMÓLOGO
ESTEPONA
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