El ojo es un biomarcador precoz para
el diagnóstico del alzhéimer, el párkinson o el glaucoma
El ojo puede servir como biomarcador precoz para
diagnosticar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson y
el glaucoma, ya que comparten idénticos mecanismos patogénicos que causan
alteraciones en la retina y la vía visual, según ha destacado el director del
Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo, José Manuel
Ramírez, que acaba de ingresar en la Real Academia de Doctores de España
(RADE).
De hecho, actualmente ya se han detectado varios cambios
oculares que se han caracterizado a través de evaluaciones oftalmológicas en
pacientes con trastornos del sistema nervioso central, tales como alzhéimer,
ictus, esclerosis múltiple y párkinson.
En muchos de estos trastornos las manifestaciones oculares
preceden a menudo a los síntomas cerebrales, por lo que las exploraciones
oculares podrían ofrecer un "medio de diagnóstico precoz" para estas
dolencias, ha explicado este experto.
En el caso del párkinson, tales deficiencias pueden
manifestarse en disminución de la sensibilidad al contraste, alteración en la
visión del color y respuestas anormales en las pruebas electrofisiológicas. De
hecho, las retinas de los afectados presentan, entre otras, alteraciones de los
fotorreceptores y de las células ganglionares de la retina.
Por otro lado, las primeras anomalías en el sistema visual
de los pacientes de alzhéimer se observaron en la década de los 70, continuó
Ramírez, e inicialmente se consideraron una disfunción a nivel cortical. Pero
los estudios de los últimos 30 años han revelado que todas las partes del
sistema visual podrían estar afectadas, incluyendo el nervio óptico y la
retina.
"En esta patología se han observado cambios
anatómicos a lo largo de toda la vía visual y sus correspondientes cambios
funcionales, que se han analizado mediante procedimientos psicofísicos",
ha detallado este experto, que recuerda que cuando los pacientes tienen dañada
la región dorsal tienen afectadas funciones como la discriminación angular y la
percepción del movimiento. Mientras que si lo que está dañado es la región
ventral, se produce un deterioro en la discriminación de caras, colores y
formas", añadió.
Por otra parte, investigaciones con resonancia magnética
han demostrado una disminución en el volumen del nervio óptico estadísticamente
significativa en enfermos de alzhéimer y que no tiene correlación con el
volumen cerebral.
Como indicó Ramírez, existe consenso actualmente en que,
probablemente, en el alzhéimer la corteza visual primaria se afecte después de
alcanzar otras regiones corticales, excepto en una variante que se manifiesta
con síntomas visuales tempranos, mientras que también se han documentado
acumulación de placas, ovillos neurofibrilares o disminución del número de
neuronas y de densidad de capilares.
Y gracias a la tomografía de coherencia óptica, una
técnica de imagen que funciona de forma similar a la ecografía, pero que
utiliza ondas de luz de baja coherencia en lugar de ondas de sonido, la capa de
fibras nerviosas, las células ganglionares y las capas internas de la retina se
consideran biomarcadores indirectos del sistema nervioso central.
Ya lo venimos usando desde hace años, e indicado en algunos artículos de
los blogs.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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