Tomografía de coherencia óptica en
glaucoma primario y Parkinson
La evaluación de la capa de fibras nerviosas retinianas, complejo
de células ganglionares y espesor macular en relación a la gravedad de las
patologías es básico en la oftalmología actual.
El glaucoma es considerado
una neuropatía óptica que se caracteriza por la degeneración progresiva de las
células ganglionares retinianas, generalmente asociada con presión intraocular
elevada. Sin embargo, la progresión apoptotica no está del todo clara, se ha
sugerido que la muerte de células ganglionares retinianas en glaucoma comienza
con apoptosis como en otras patologías neurodegenerativas.
El síndrome de
Parkinson es una patología neurodegenerativa que afecta a aproximadamente 1% de
la población mayor. Se caracteriza por síntomas motores específicos. Los
problemas visuales que aparecen con el Parkinson pueden ser alteraciones de la
agudeza visual, sensibilidad de contraste, discriminación de colores,
sensibilidad del campo visual y velocidad de procesamiento visual. Los cambios
en la función visual indican alteraciones estructurales en la retina.
La tomografía de
coherencia óptica es un método seguro y sencillo para evaluar la degeneración
retiniana en diversos problemas oftalmológicos y neurológicos. La OCT permite
distinguir las capas retinianas y analizar la capa de fibras nerviosas
retiniana y las células ganglionares retinianas. El afinamiento de la capa de
fibras nerviosas retinianas no es específico para el síndrome de Parkinson,
también se ha demostrado en otras enfermedades neurodegenerativas.
La mácula es el lugar
ideal para detectar la pérdida precoz de células ganglionares por su alta
densidad. La OCT de dominio espectral permite la medición automática del
complejo de células ganglionares de la mácula, que representa el espesor de la
capa de fibras nerviosas, de células ganglionares y plexiforme interna.
Estudios anteriores
han demostrado que hay una disminución de células ganglionares retinianas antes
de que se detecten déficits en el campo visual, por lo que la medición del
complejo de células ganglionares en un buen método de detección de glaucoma en
etapas iniciales.
En el presente
estudio, evaluamos la capa de fibras nerviosas retiniana, el complejo de
células ganglionares y el espesor macular que se ven afectados por el glaucoma,
y se comparó los resultados con controles con Parkinson y sanos. Se trataría
del primer estudio que compara resultados de OCT con mediciones del complejo de
células ganglionares de dos enfermedades neurodegenerativas de la visión y del
sistema nervioso central.
Se compararon ambos
ojos de 26 pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto, 25 pacientes con
Parkinson y 23 controles sanos. Se midieron y analizaron mediante OCT la capa
de fibras nerviosas retiniana, el complejo de células ganglionares y el espesor
macular, en todos los casos y en el grupo con Parkinson se correlacionaron los
resultados con la gravedad de la patología.
El presente estudio
indica que el espesor promedio de la capa de fibras nerviosas retiniana fue
significativamente menor en el grupo con glaucoma que en el de Parkinson y en
el grupo de control y a su vez menor el grupo con Parkinson que en los
controles. Otros estudios con pacientes con Parkinson de mayor edad no pudieron
encontrar diferencias en el espesor de la capa de fibras nerviosas retiniana
con respecto a controles.
En dichos estudios,
el espesor de la capa en pacientes con Parkinson fue menor que el de los
pacientes de este grupo con Parkinson. Esta discrepancia puede deberse a la
disminución del espesor que va siendo cada vez mayor con el paso de los años.
10 años equivale a aproximadamente 4µm de disminución en el espesor de la capa
de fibras nerviosas retiniana medido con OCT.
Un estudio anterior
determinó que la levodopa podría tener un efecto protector de la retina en
pacientes con Parkinson. En el presente estudio, todos los pacientes con
Parkinson estaban medicados con levodopa. No encontramos correlación entre la
gravedad del Parkinson y los resultados de OCT, lo que nos lleva a pensar que la
pérdida de células ganglionares y el afinamiento de la capa de fibras nerviosas
retiniana no están relacionados con la gravedad de la enfermedad a diferencia
de lo que ocurre con el glaucoma, o que la levodopa tiene un efecto protector
sobre la pérdida de células ganglionares.
Aunque el afinamiento
de la capa de fibras nerviosas retinianas por cuadrantes mostró diferencias
entre los estudios, el nivel de afinamiento fue mayor en las regiones superior
e inferior, que son más gruesas y tienen mayor cantidad de fibras nerviosas.
Por otra parte, el
espesor inferior y superior del complejo de células ganglionares mostró
diferencias entre el grupo con glaucoma y el de Parkinson y de control, lo que
nos hace pensar que hay un daño en las células ganglionares retinianas de los
pacientes con glaucoma. En el grupo con Parkinson solo el volumen localizado
focal y global fue superior que en el grupo de control.
Observamos que,
aunque no tan significativamente como en los casos de glaucoma, el afinamiento
de la capa de fibras nerviosas retiniana y pérdida de volumen del complejo de
células ganglionares también aparecen en pacientes con Parkinson.
Asimismo, notamos que
las áreas maculares periféricas, donde las células ganglionares son más densas,
estuvieron más afectadas en el grupo con glaucoma. En el grupo con Parkinson,
el espesor y volumen de la capa retiniana interna disminuyo significativamente.
La disminución del nivel de dopamina puede originar la disfunción de las
células y reducción de su concentración con el correspondiente afinamiento de
la capa retiniana interna.
En el presente
estudio se comprobó que el Parkinson tiene mayor efecto sobre la capa retiniana
interna. Además no se encontró correlación entre la duración o gravedad del
Parkinson y el deterioro visual. Las mediciones de OCT podrían servir
para evaluar los cambios retinianos y detectar alteraciones patológicas en la
primera etapa de la enfermedad antes de que aparezcan síntomas de Parkinson.
Este estudio reveló,
que a pesar de la PIO normal en los pacientes con Parkinson, se presentan
alteraciones estructurales similares en las capas retinianas, aunque no tan
graves como en el glaucoma.
De acuerdo con estos
resultados, las mediciones de la capa de fibras nerviosas retiniana y del
complejo de células ganglionares, que muestran daño en las células ganglionares
retinianas en la neurodegeneración, pueden utilizarse como marcador objetivo
para la evaluación de los primeros cambios neurodegenerativos del Parkinson,
pero no pueden utilizarse para establecer la gravedad de la patología o la
eficacia de ningún tratamiento.
El presente estudio
mostró que en el Parkinson hay pérdida de la capa de fibras nerviosas retiniana
y de células ganglionares similar al glaucoma con ciertas diferencias. Primero,
la pérdida no es tan grave como en el glaucoma. Además, la pérdida revelada por
la OCT no está asociada con la gravedad de la patología como ocurre en el
glaucoma. Estos resultados pueden servir para que los resultados de OCT ayuden
a determinar la perdida de fibras nerviosas general del sistema nervioso
central en la primera etapa de los pacientes con Parkinson.
Ya llevamos casi 10
años comentándolo; a nuestros pacientes con Parkinson inicial, la OCT nos
evidencia unos signos muy sugestivos y valiosos.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
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