lunes, 13 de julio de 2015

RETINA COMPLEX



Numerosas pruebas sugieren actualmente que el estrés oxidativo y el daño oxidativo al ADN es mayor en los trastornos neurodegenerativos, incluida la degeneración de los fotorreceptores y la DMAE Se ha demostrado que una combinación de antioxidantes puede tener mejores efectos que cada uno de ellos por separado, como indicaron anteriormente Stahl y Sies y de acuerdo con el estudio ARED. Esta afirmación también se apoya en el hecho de que los mecanismos antioxidantes de las células se componen de distintas entidades enzimáticas y no enzimáticas, en lugar de una sola. Cada una de ellas presenta unos requisitos diferentes para su actividad y actúan en objetivos finales diferentes.

Partiendo de estas pruebas, se ha utilizado una combinación de antioxidantes nutricionales de alta intensidad y polisacáridos específicos para la formulación de Retinacomplex. Por tanto, el uso de esta combinación exclusiva de nutrientes puede ayudar a prevenir los daños en el ADN causados por la oxidación en distintas afecciones degenerativas, al interferir en el estrés oxidativo.




1)     Luteína y zeaxantina

La luteína y la zeaxantina son dos carotenoides presentes normalmente en grandes cantidades en la retina y los segmentos exteriores de los fotorreceptores. Se considera que proporcionan una protección antioxidante a las sensibles células de la retina. También protegen de daños causados por la luz ultravioleta. Es importante recordar que estos carotenoides son necesarios en cantidades relativamente elevadas. Por tanto, en contraste con otras muchas formulaciones disponibles en la actualidad, Retinacomplex presenta una alta concentración de estos carotenoides (20 y 10 mg/dosis diaria).




2)    L-glutatión (GSH):

En la retina, el glutatión está concentrado en distintas zonas y participa directamente en el mantenimiento del estado redox de la célula. El agotamiento de la GSH causa la muerte de las células de la retina a través de un proceso en el que participa la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO) de origen endógeno, que se ha determinado claramente que producen amplios daños en las células.

Se ha determinado que determinados flavonoides podrían proteger las células ganglionares de la retina contra la muerte celular iniciada por los tres inductores del estrés oxidativo, con altos niveles de potencia y sin toxicidad detectada. En caso de agotamiento del GSH, distintos flavonoides han demostrado actuar en distintos pasos del proceso de la muerte celular. Varios de los flavonoides protectores inducen también la síntesis de las enzimas antioxidantes de factor de transcripción NF-E2-factor relacionado 2 y fase 2, como la hemo-oxigenasa 1, marcadores de la activación del elemento de respuesta antioxidante. Además, se ha comprobado que el GSH tiene carácter protector en un estudio de daños experimentales ante la luz.




3)    Ácido alfalipóico

El ácido alfalipóico (también conocido como ácido tióctico) fue identificado en 1951 y fue reconocido como un potente antioxidante a finales de la década de 1980. Una parte del ácido alfalipóico ingerido es convertido por el organismo en un antioxidante aún más potente, el ácido dihidrolipóico. El ácido alfalipóico captura los radicales hidroxilo, el peroxinitrito y el oxígeno singlete y también regenera la vitamina E, la vitamina C y el glutatión y modula la actividad de importantes factores de transcripción, especialmente el NF-kappa B.
El estrés oxidativo aumenta en la retina cuando se padece diabetes y se considera que juega un importante papel en el desarrollo de las retinopatías. El ácido alfalipóico podría resultar beneficioso en esta situación dado que se ha demostrado que presenta efectos beneficiosos en las polineuropatías y en los parámetros del estrés oxidativo de los tejidos, como los nervios, los riñones y la retina. Y lo que es más importante: estudios realizados con animales demuestran que la administración prolongada de ácido alfalipóico presenta efectos beneficios en contra del desarrollo de retinopatías diabéticas a través de la inhibición de la acumulación de ADN modificado oxidativamente y de la nitrotirosina en la retina.



4)    Polisacáridos del Lycium barbarum (Lynn)


Las bayas del Lycium barbarum lynn se llevan consumiendo en China desde hace miles de años por los efectos beneficiosos observados en muchos órganos del cuerpo, incluidos los ojos. En la actualidad sabemos que los extractos de estos frutos estimulan el sistema inmunológico y sus polisacáridos presentan una acción antioxidante. Otras pruebas demuestran que, además del efecto antioxidante, los polisacáridos del LBL también presentan una acción neuroprotectora .

Es un buen producto. Gracias.




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