Reproducción de células de retina in
vitro para analizar mutaciones causantes de ceguera
Un proyecto
de investigación reproducirá in vitro células retinianas, generadas con células
madre a partir de biopsias de piel, que permitirán analizar con detalle las
mutaciones genéticas que provocan algunas distrofias de retina, la principal
causa de ceguera hereditaria en países desarrollados.
Ha impulsado
el estudio la Fundación IMO, con el apoyo de la Fundación Bancaria La Caixa, y
pretende testar nuevas terapias génicas y celulares para devolver visión o
frenar su pérdida en estos pacientes para los que, actualmente, no hay
tratamiento, han explicado ambas instituciones en un comunicado este martes.
La
investigación, que cuenta con un equipo de seis investigadores y tres
oftalmólogos, prevé obtener resultados en tres años, y su primer objetivo es el
de obtener células iPS (células madre pluripotentes inducidas), y en este caso
serán de biopsias de la piel del propio paciente.
Para
obtenerlas, los investigadores introducirán en las células de la piel en
cultivo factores de reprogramación celular, provocando un "borrado"
de la información que determina su función y, una vez desprogramadas, las
cultivarán con factores de crecimiento, como los que se generan naturalmente en
estado embrionario, para obtener células básicas de la retina.
Permitirán
estudiar en el laboratorio un modelo muy aproximado del ambiente de la retina,
parecido a una biopsia, algo que es imposible de obtener de forma
"natural" porque la retina es un tejido que no se regenera; el
proyecto también prevé ensayar terapias génicas aplicando la técnica CRISPR,
que consiste en reparar la secuencia de ADN alterada que provoca una
determinada enfermedad genética.
En estas
células, el equipo examinará cómo la mutación que provoca la distrofia afecta
al funcionamiento de la célula, y podrán saber "por ejemplo, si la mutación
provoca que el gen tenga un efecto dañino sobre la célula o bien si,
simplemente, ha hecho que el gen deje de cumplir su función", algo
relevante para una posterior terapia, ha observado la investigadora principal,
Esther Pomares. La técnica CRISPR, basada en enzimas que corrigen el ADN,
permitirá la posibilidad de sanar el propio gen alterado y, si el estudio
demuestra in vitro que funciona, corrige y es segura para frenar la pérdida de
visión, se abrirá la puerta a su futura aplicación en pacientes.
También
sentará las bases para la terapia celular, que consiste en implantar células
sanas en los tejidos afectados y con esta técnica el paciente recuperaría
visión -mientras que con la terapia génica solo se frena su pérdida-, aunque al
tratarse de una terapia más compleja se reservaría a los casos más avanzados.
Pomares ha
remarcado que las células iPS suponen una ventaja sobre las embrionarias
porque, más allá del problema ético, permiten no tener que trabajar sobre
células de un tercero y contienen la mutación genética del paciente.
Nuestra
enhorabuena; grandes esperanzas hay en dichas células iPS.
OFTALMOLOGO
ESTEPONA
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