Con
motivo del Día Mundial de la Visión que se celebró ayer, compartimos un
artículo sobre prevención de la degeneración macular relacionada con la edad.
El
Día Mundial de la Visión es también la oportunidad para que se promuevan las
campañas de prevención de la ceguera respaldada por la iniciativa de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de
Prevención de la Ceguera “Visión 2020: el derecho a ver”.
La
mácula es la parte de la retina central que recibe el “detalle fino” de las
imágenes. Aunque es pequeña es muy importante, ya que por su ubicación central
nos permite distinguir con claridad aquello que se encuentra directamente
frente a nuestra mirada. Es la responsable de que podamos efectuar con
precisión tareas detalladas como leer y escribir y, del mismo modo, es la que
nos habilita a ver colores.
En
ocasiones, las células muy especializadas que forman la mácula pueden sufrir
alteraciones y dejan de cumplir con sus funciones. Las causas pueden ser
múltiples (diabetes, vasculopatías, miopías severas) pero, en general, cuando
aparecen en personas mayores se las suele denominar como “asociadas con la
edad”. Simplificando las ideas, podemos decir que se conocen dos formas básicas
de degeneración macular asociadas con la edad: la forma designada como “seca” y
la conocida como “húmeda”. Estos términos no hacen alusión al modo en el cual
el paciente percibe su ojo sino a los hallazgos que puede encontrar el
oftalmólogo cuando efectúa su examen.
La
degeneración “seca” es la forma más frecuente (80%), una de sus características
es el desarrollo lento y progresivo que lleva a la pérdida progresiva de la
visión central. La presentación tan progresiva hace que los pacientes sólo se
aperciban que algo no anda bien cuando tienen problemas con la percepción de
los colores de una fotografía o de un cuadro. Hoy existen recursos ópticos que
pueden adoptarse para mejorar la situación.
La
degeneración “húmeda” se produce debido a la proliferación de nuevos vasos
sanguíneos que pueden sangrar y dejar cicatrices. Estas lesiones son
precisamente las que pueden ocasionar pérdida de la visión. Aunque sólo suele
representar el 20% de todos los casos de degeneración macular asociada con la
edad, se desarrolla rápidamente pero también suele responder favorablemente al
tratamiento, sobre todo si se la trata precozmente.
Experiencia,
ciencia y la OCT, nos ayudan a orientar y paliar mejor estas enfermedades.
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