Historia
natural del síndrome de tracción vitreomacular.
Anteriormente se creía que el
síndrome de tracción vitreomacular era poco común, ya que solo se identificaban
los casos más severos. Con el desarrollo de la tomografía de coherencia óptica
(OCT), se comenzó a diagnosticar más y se reavivó el interés por esta
patología.
El síndrome de tracción
vitreomacular se caracteriza por desprendimiento anormal del vítreo posterior
acompañado de distorsión anatómica de la fóvea. Esto puede incluir la presencia
de pseudo quistes, edema macular cistoideo y fluido subretinal. Los síntomas
varían desde ninguno a distorsión y/o disminución de la agudeza visual, en
algunos casos progresiva. También pueden formarse agujeros maculares.
Hay poca información sobre la
historia natural del síndrome de tracción vitreomacular en la literatura
publicada. Está en discusión el porcentaje de casos que se resuelven
espontáneamente, algunos informes indican que la resolución espontanea es poco
común, otros observaron hasta un 50% de casos que se resolvieron
espontáneamente.
El porcentaje de casos que se
resuelven espontáneamente es importante cuando los pacientes deben
decidir sobre la cirugía. Ahora también existe la alternativa de inyección
intravítreA de ocriplasmina para inducir la vitreolisis en casos más leves.
El presente estudio describe la
historia natural de la tracción vitreomacular durante un periodo de seis meses,
en pacientes con tracción vitreomacular, sin otras patologías simultáneas,
evaluando las características de la tracción mediante TCO.
Se identificaron pacientes con
síndrome de tracción vitreomacular en la base de datos de OCT del Hospital Moorfields, de Londres. Participaron 183 ojos
diagnosticados con dicho síndrome sin otras comorbilidades.
Se revisaron las imágenes de OCT, y
notas sobre los pacientes durante un mínimo de 6 meses. Se obtuvieron datos
sobre la demografía de los pacientes, agudeza visual mejor corregida y
características de la adhesión vitreomacular en la OCT.
Presentamos información sobre la
historia natural de pacientes sintomáticos y asintomáticos diagnosticados con
síndrome de tracción vitreomacular según la definición del grupo de estudio de
tracción vitreomacular internacional.
En el presente estudio la edad media
de los pacientes que se presentaron con esta patología fue de 72 años, 70%
fueron mujeres. La agudeza visual media en línea de base fue 0,3±0,3 logMAR. En
los resultados finales 20% experimentó resolución espontánea, 12% requirió
cirugía y 8% desarrolló agujeros maculares.
En el presente estudio se destaca el
momento de la resolución o progresión del síndrome de tracción vitreomacular.
En promedio esto sucede a los 12 meses en ambos casos.
La resolución de la tracción
vitreomacular en esta cohorte de casos provocó un significativo mejoramiento de
la visión, en coincidencia con otros estudios. Asimismo, la cirugía debido a
síntomas también resultó en mejoramiento de la visión, mientras que el desarrollo
de agujeros maculares de espesor completo disminuyeron la visión.
Los pacientes con mejor agudeza
visual en línea de base tuvieron porcentajes más altos de resolución y más
bajos de progresión que los pacientes con peor visión. Del mismo modo, los
casos con fóveas más delgadas tuvieron un mayor riesgo relativo de resolución y
menor de progresión.
Se idearon tres grados de síndrome
de tracción vitreomacular de acuerdo a la presencia de quistes y
desprendimiento de fotoreceptores según la OCT, pero no observaron
diferencias en los resultados de acuerdo a los distintos grados.
En el presente estudio
utilizamos la misma clasificación y tampoco encontramos diferencia en los
resultados. Por lo tanto parecería que los cambios en la arquitectura retiniana
producidos por la tracción son independientes de los resultados.
Nuestros resultados también
mostraron que la presencia de membrana premacular está significativamente
asociada con la tracción vitreomacular amplia. Se observó que los casos sin
membrana premacular y sin pliegues maculares tienen más probabilidad de
resolución y menos riesgo de progresión.
A pesar de que en nuestro análisis,
la edad fue un factor de predicción importante de la resolución de la tracción
vitreomacular, la estabilidad o la progresión a agujero macular, tuvieron
mínimo efecto en los presentes resultados.
Por el contrario, la agudeza visual tuvo
un profundo efecto sobre la estabilidad de un determinado caso o la necesidad
de cirugía. Esto se refleja en la práctica profesional donde los pacientes con
peor visión requieren cirugía.
Una mala visión aumenta las
posibilidades de desarrollar agujero macular. La presencia de membrana
premacular estuvo asociada con mayor probabilidad de necesidad de cirugía
debido a los síntomas y menor probabilidad de desarrollar agujero macular de
espesor completo.
El síndrome de tracción
vitreomacular persiste en la mayoría de los pacientes que lo padecen, a pesar
de esto la agudeza visual no se deterioró significativamente durante el periodo
de estudio, a menos que el paciente desarrollara agujero macular de espesor
completo o requiriera intervención quirúrgica por los síntomas.
En nuestro caso, las MER y/o con tracción
epimacular, dependiendo del grosor macular, de la agudeza en visión próxima, y
el valor de la rejilla de Amsler,nos orientan en el pronostico; y las OCT
semestrales nos ayudaron a mejorar la
evolución a un tratamiento médico o quirúrgico.
OFTALMÓLOGO ESTEPONA
No hay comentarios:
Publicar un comentario