domingo, 9 de noviembre de 2014

DIABETES, tiempo y algo más



Como sabemos la Diabetes trae aparejada muchas complicaciones en la salud, y puede además afectar a la vista. La Retinopatía Diabética se produce debido a que el exceso de glucosa daña los vasos sanguíneos de la retina, que es la parte posterior del interior del ojo. La retina lo que hace es transformar la luz y las imágenes que entran al ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro.
Como verán, se trata de una parte importantísima de la visión, y si falla, tendremos un problema. Aunque al principio no se notan cambios, con el tiempo empeora y puede en estados avanzados conducir a la ceguera.


La retinopatía diabética es la causa principal de ceguera en los estadounidenses en edad productiva. Tanto las personas con diabetes tipo 1 como con diabetes tipo 2 están en riesgo de padecer esta afección.
Se conocer cuatro etapas de la enfermedad:
1) Retinopatía no proliferativa ligera: aparecen pequeñas áreas inflamadas en los vasos sanguíneos de la retina.
2) Retinopatía no proliferativa moderada: algunos de dichos vasos de obstruyen.
3) Retinopatía no proliferativa severa: a medida que avanza la enfermedad cada vez más vasos se bloquean impidiendo que llegue sangre a la retina, por lo que se crean más vasos.
4) Retinopatía proliferativa: estos nuevos vasos creados son frágiles y anormales.


Puede dañar la visión en las siguientes formas:
– Puede ser que los vasos sanguíneos de la retina se desarrollen frágiles y que goteen sangre dentro del ojo, apocando la visión. A esta complicación se la llama Retinopatía Proliferativa.
– Un Edema Macular. Un fluido puede gotear dentro del centro de la mácula, la parte del ojo que provee la visión central clara. Este líquido también hace que la mácula se inflame, y se nuble la visión. En general esto se produce en una etapa más avanzada de la enfermedad y conduce a una pérdida de la visión muy importante.
– Desprendimiento de retina: puede darse por la presión que ejercen los neovasos.
¿Cómo reconocer los síntomas?Son varios los síntomas que pueden llevar a un diagnóstico de Retinopatía Diabética. Van desde la presencia de zonas borrosas de la visión, moscas volantes (pequeños hilos que molestan especialmente cuando se miran superficies lisas), dificultad para ver por la noche y sombras.


Si usted presenta alguno de los síntomas es importante tratarse a la brevedad, ya que es mucho más fácil de controlar cuando se interviene al comienzo de la enfermedad y se está a tiempo de comenzar un tratamiento.
Esa es la razón por la cual a todas las personas con diabetes se les sugiere hacer evaluaciones periódicos de la salud ocular. Con lo cual se recomienda no esperar a tener los síntomas, sino realizarse un examen anual si usted padece de diabetes.
Para detectarla se puede realizar:
– Un examen de agudeza visual: se mide su vista a diferentes distancias
– Una Retinografía: una vez dilatada la pupila se toman fotos de la retina.
– Fondo de ojo (dilatación de la pupila)
– Angiografía con fluoresceína: Se estudian los vasos sanguíneos mediante la aplicación de un tinte y la toma de fotografías.


Tratamiento
Las precauciones que se deben tener cuando se diagnostica la enfermedad es, ante todo, controlar los niveles de glucosa, presión arterial y lípidos.
El 90% de los pacientes conserva la visión si se apega al tratamiento indicado.
En estados más avanzados, el tratamiento para la retinopatía diabética puede necesitar la fotocoagulación panretiniana mediante la aplicación de láser de argón sobre las lesiones existentes, esto significa que el láser quema los vasos sanguíneos anormales. Usualmente se necesitan dos sesiones.
Esto puede hacerse habitualmente antes de que los vasos sanguíneos comiencen a sangrar. Una vez que se inició el sangrado puede necesitarse de una Vitrectomía. La misma se hace con anestesia local o general. Se realiza una pequeña incisión y se quita el gel vítreo dañado (nublado por la sangre) y se reemplaza por una solución salina. Se necesita usar un parche en el ojo por algunos días para evitar infecciones y su oculista le recetará gotas medicinales.
Los tratamientos en general logran detener la enfermedad, pero rara vez se puede volver al estado de visión original, por lo que se recomienda sobremanera prevenirla y realizarse estudios una vez por año para que, de aparecer, no se desarrolle.

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